domingo, 18 de enero de 2009

CONTRATRANSFERENCIA

Documento trabajado y enviado por Alicia Hendel y Raúl Neumann

-S.Freud: “Las perspectivas futuras de la terapia psicoanalítica” (1910).
(…) “Nos hemos visto llevados a prestar atención a la contratransferencia, que se instala en el médico por el influjo que el paciente ejerce sobre su sentir inconsciente, y no estamos lejos de exigirle que la discierna dentro de si y la domine. (…) Hemos notado que cada psicoanalista solo llega hasta donde se lo permiten sus propios complejos y resistencias interiores, y por eso exigimos que inicie su actividad con un autoanálisis y lo profundice de manera ininterrumpida a medida que hace sus experiencias en los enfermos.”
-Laplanche-Pontalis: “Dic. de Psicoanálisis”
“Conjunto de las reacciones inconscientes del analista frente a la persona del analizado y especialmente frente a la transferencia de éste”
-Heinrich Racker: “Estudios sobre técnica psicoanalítica” (1969)
Pág. 98: “ Se ha identificado también una parte de la CT que resulta de la identificación del analista con el yo y el ello del analizado (identificación concordante), y otra parte que resulta de la identificación del analista con los objetos internos del analizado (identificación complementaria).”
Pág. 99: “La importancia fundamental de la introyección del analista (por parte del paciente) como objeto bueno –libre de angustia y de enojo- en el yo y el el Syo. (del paciente) ha sido destacado repetidas veces.
Pero tal introyección solo puede realizarse si el analista siempre de nuevo reconoce como domina y utiliza so CT para la comprensión de la T , superando su CT negativa y sexual, la que, como respuesta espontánea a la T negativa y sexual, es inevitable; en cuanto el analista se identifica realmente-como en parte debe- con el objeto transferido”.
Pág. 101: “Neurosis de CT”
“Existe análogamente a la neurosis de T. Se debe a que la identificación con los objetos transferidos (y en menor grado con el yo) del analizado implica la vivencia de las angustias y defensas patológicas de estos objetos. Por ejemplo una conducta perversamente agresiva de un analizado (aún frente a un objeto extratransferencial) provoca –creo, normalmente- por la identificación del analista con este objeto, cierto grado de angustia persecutoria y agresión reactiva.”
Pág. 104: “La angustia que el analista ha vivenciado, le señala, nuevamente, lo que sucede en el analizando y de lo que se defiende; la intensidad de esta angustia contratransferencial puede indicarle algo sobre la dosificación de las interpretaciones referentes a este conflicto.”
-J.Lacan; Seminario “La Transferencia”
En relación a las maniobras realizadas con la CT llamada normal que Lacán describe como producida por “(…)el ritmo de vaivén entre la introyección por parte del analista del discurso del analizado, y la proyección sobre el analizado de lo que se produce como efecto imaginario de respuesta a dicha introyección” (pág.220), plantea que el efecto de CT es llamado normal en la medida en que la demanda introyectada es perfectamente comprendida y lo que ahí se produce está en el plano de i(a) y está supuestamente dominado(pág.221). Los autores de las corrientes teóricas que utilizan la CT plantean que sólo si el analista no comprende se ve afectado y entonces se produce una desviación de la CT normal y las cosas pueden llegar a deslizarse a que el analista realmente se convierta en ese objeto proyectado en él por el paciente, situación de la que se podrá salir “recuperando el hilo de la situación(…)mediante el reconocimiento de sus efectos en el analista y a través de comunicaciones mitigadas”(pág.222).
Dice Lacan:
“(…) Aún en la medida en que hubiera alguna legitimidad en este modo de proceder, de todas formas son nuestras categorías las que nos permiten comprenderlo.
En mi opinión no es posible comprenderlo fuera del registro de lo que he señalado como el lugar de a, el objeto parcial, el ágalma, en la relación de deseo, en tanto ella misma esta determinada en el interior de una relación más amplia, la de la exigencia de amor. Sólo dentro de esta topología podemos comprender una forma de proceder semejante (la que) nos permite decir que aunque el sujeto no lo sepa (..)donde a minúscula funciona es ya en el otro. De ello se deriva que lo que nos presentan en esta ocasión como CT normal o no, no hay verdaderamente ninguna razón para calificarlo así en particular. Aquí se trata de un efecto irreductible de la situación de T, sencillamente por sí misma.
Por el solo hecho de que hay T, estamos implicados en la posición de ser aquel que contiene el ágalma, el objeto fundamental que esta en juego en el análisis del sujeto, en cuanto vinculado, condicionado por la relación de vacilación del sujeto que nosotros caracterizamos como aquello que constituye el fantasma fundamental, como aquello que instaura el lugar donde el sujeto puede fijarse como deseo.
Es un efecto legítimo de la T. No por ello es preciso hacer intervenir la CT, como si se tratara de algo que sería la parte propia y, todavía más, la parte culpable del analista. Solo que para reconocerlo, es preciso que el analista sepa ciertas cosas. Es preciso que sepa (…)que el criterio de su posición correcta no es que comprenda o no comprenda. (…)puede ser preferible que no comprenda a una excesiva confianza en su comprensión. En otros términos, siempre debe poner en duda lo que comprende y decirse que aquello que trata de alcanzar es, precisamente, lo que en principio no comprende. Ciertamente, sólo en la medida en que sabe qué es el deseo, pero no sabe lo que desea ese sujeto –con el cual esta embarcado en la aventura analítica- está en posición de tener en él, el objeto de dicho deseo.
(pág. 222-223).

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